Me encontraba en la oficina de mi casa (la cocina) y me encontré con algunas ollas dañadas,feas,quemadas y era como si ya no sirvieran para nada.
Lo primero que haría sería votarlas al cesto de la basura porque su aspecto era muy feo.Pero de pronto me detuve a pensar un momento y recordé que esas ollas que se veían feas y desgastadas me habían costado mucho dinero y entonces empecé a lavarlas pero seguían igual,no había cambio y ya quería desistir de ellas pues estaban feas y ya la verdad no eran una inspiración para mi cocina.
Y entonces volví a recordar cuánto me habían costado las ollas y el esfuerzo,sacrifico y aún el contenerme muchas veces de gastar en algo más porque tenía que terminar de pagar mis finas ollas...Pero ahora no me inspiraban por su aspecto.
Y organizando encontré un producto que me habían entregado para que cuando las ollas estuviesen mal las lavara con una esponja y entonces ellas recobrarían su brillo y fue así como lo tome en mis manos,aplique el producto sobre las ollas,tome la esponjilla y restregué con mucha fuerza,al enjuagarlas recobraron su brillo,su esplendor,no podía más que reír,estaba tan feliz de volver a tener mis ollas de vuelta.
Esto trajo a mi vida una enseñanza tremenda en cuanto a todo lo que Dios nos ha dado y muchas veces lo menospreciamos porque esta opaco,usado,desgastado.
No sentimos la misma alegría,entusiasmo,gozo al servirle a Dios en el lugar donde nos ha colocado y entonces lo más fácil es botar a la caneca lo que él nos ha dado,salir corriendo,desistir de todo.
Pero cuando le pedimos a Él su guía entonces recordamos ese precio que El pago por cada uno de nosotros,recordamos que con el llamado venían algunos productos que hemos olvidado usar...Y cuando los retomamos nuevamente encontramos que:
El ayuno
La oración
Son aquellos productos que pueden limpiarnos hasta sacarnos brillo nuevamente y entonces no podemos dejar a un lado y mucho menos en la caneca todo cuanto Dios nos ha dado porque ha sido de un gran valor.
Esto me enseñaba también que para que otros puedan brillar en todo cuanto se les delega hay que recordarles todo el tiempo que si no se usan esos dos productos en su liderazgo,ministerio,llamado sentirán que están opacados,desanimados y sin fuerzas de seguir porque no hay brillo.
Así que dirigí mis ruegos al Señor Dios, en oración y ayuno.
. Daniel 9:3a NTV